El argumento de la industria naciente se aplica a los casos en los que un país protege su mercado interior para favorecer que surja una industria concreta. Una vez que esa industria ya se ha consolidado, procede el país a liberalizar comercialmente el sector. El caso que aquí comento es un tanto peculiar.
Resulta que China quiere favorecer la industria aeronáutica nacional. En el mercado mundial de este sector hay dos líderes (Boeing y Airbus), con los que es inviable competir a día de hoy. Pero al mismo tiempo China se está enfrenta a un crecimiento tremendo de la demanda de transporte por avión, lo que hace el sector muy apetecible para nuevas empresas constructoras de aeronaves. En la primera década de este siglo el número anual de pasajeros en China ha pasado de 83 a 202 millones. Se espera que supere los 400 millones en 2015, y se prevén 1.500 millones en 2030.
El gobierno chino acumula varios fracasos intentando construir aeronaves chinas. Una excelente explicación está aquí (a partir dela página 22). En este caso, China no deja la demanda sin cubrir, y sus empresas de transporte aéreo adquieren aviones no chinos, pero el gobierno aplica aranceles importantes, y ha llevado a cabo una (o varias) reestructuración del sector.
¿Ha logrado China crear un sector aeronaútico relamente competitivo? Aquí está una respuesta provisional. En pocos años veremos si ha sido un caso de éxito (como estos), o un despilfarro de recursos.
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