viernes, 27 de septiembre de 2019

Brexit y juego online

Según informa Cinco Días aquí, el cambio de estatus de Gibraltar por el Brexit ha hecho que las empresas de juego hayan cambiado su domicilio fiscal en la UE. Como es lógico, se han ido a otro "paraíso fiscal". Esta vez a Malta. Comercio internacional de servicios recreativos. Un extracto:
El Peñón ha sido durante años un paraíso para los principales operadores de juego online con licencia en España. Esta actividad llegó a generar más de 3.200 empleos directos y a reunir a más de 30 empresas del sector, que se instalaron tras la regulación del sector acometida en 2011. De aquella treintena, hoy ya no queda ninguna.

lunes, 23 de septiembre de 2019

Elusión internacional de impuestos y multinacionales

Este es un artículo de Martin Wolf en el Financial Times que me ha gustado mucho. Trata sobre cómo piensa que las grandes empresas están dañando la estabilidad de las democracias liberales. Y, para mí, hay un gráfico que me parece terrible (haz clic sobre él para aumentarlo).


Señala que las grandes empresas tratan de eludir el pago de impuestos en muchos países, a través de los precios de transferencia, para pagar impuestos allí donde los tipos impositivos son bajos. Muestra el gráfico la evolución de los beneficios de las empresas de EEUU fuera de este país. Y la gráfica muestra cómo han aumentando brutalmente los beneficios declarados por las empresas estadounidenses en paraísos fiscales como Luxemburgo, Irlanda, Holanda, Suiza, Singapur o las Bermudas (¡países enanos!), frente a la evolución de los beneficios de esas empresas de EEUU en Alemania, Francia, Italia, India, China o Japón. Me resulta terrible ver que la causa es la ingeniería fiscal. Legal, pero absolutamente carente de ética, según mi visión. Me quedo con este párrafo del artículo:
Corporations (and so also shareholders) benefit from the public goods — security, legal systems, infrastructure, educated workforces and sociopolitical stability — provided by the world’s most powerful liberal democracies. Yet they are also in a perfect position to exploit tax loopholes, especially those companies whose location of production or innovation is difficult to determine.

viernes, 20 de septiembre de 2019

Otra guerra comercial: Japón y Corea del Sur

Recibimos tanta información sobre Donald Trump, que por estos lares está pasando desapercibida la relevante guerra comercial que ha surgido entre Japón y Corea del Sur. Aquí va una descripción breve.

La historia pasada muestra que las relaciones políticas entre estos dos países han sido beligerantes en los últimos siglos. Ahora la cuestión pasa a temas comerciales. Hace un año el Tribunal Supremo coreano condenó a las empresas japonesas Mitsubishi y Nippon Steel a pagar una compensación por la esclavitud a la que habían sometido a numerosos coreanos en el pasado. Japón protestó y dijo que ya se habían pagado "reparaciones" a Corea en la segunda mitad del siglo XX. Y Japón ha tomado represalias.

Entre las represalias está la prohibición de exportar desde Japón a Corea tres materiales químicos clave para elaborar semiconductores, y de los que Corea no dispone. Teniendo en cuenta que los semiconductores son alrededor de una quinta parte de las exportaciones de Corea, la medida es muy seria. 

Pero Corea no se ha quedado quieta: denuncia ante la OMC la semana pasada, ruptura y paralización de acuerdos, boicot entre los consumidores a productos de Toyota o de Uniqlo, etc. Toda una guerra comercial. Aquí se puede ver en detalle.

martes, 17 de septiembre de 2019

Medir el comercio de servicios

La Organización Mundial del Comercio desde hace poco tiempo ha empezado a elaborar un "Barómetro sobre el Comercio de Servicios". Se trata de un índice que indica la tendencia del comercio de servicios antes de que se publiquen la mayoría de los datos sobre el comercio de servicios. Aquí está la metodología.

El Barómetro se compone de 6 índices y, como se ve en las imágenes de abajo (haz clic sobre ellas para aumentarlas), puede verse que casi todos los servicios están ralentizando su comercio (menos construcción) según el índice que acaban de publicar:






martes, 10 de septiembre de 2019

¿Es bueno tener superávit comercial?

Una de las preguntas que planteo en el Tema 1 de la asignatura es si es malo tener un déficit comercial o si es bueno tener superávit. La respuesta es... depende de las circunstancias. Aquí está un podcast en el que Jeromin Zettelmeyer habla de las "maldades" del enorme superávit comercial de Alemania. Parece razonable lo que plantea.

Indica que normalmente un superávit comercial conlleva una apreciación de la moneda del país exportador. Eso supondrá un aumento del precio de los bienes exportados, y un reajuste de ese superávit comercial. Pero con Alemania no se ha producido una apreciación del euro. Él señala que es porque el euro también es compartido con países no competitivos (como España), y por ello no se ha apreciado. Por eso el superávit persiste.

Pero da otros argumentos adicionales: los precios de los bienes alemanes son competitivos porque los salarios no han aumentado (habla del poco "punch" de los sindicatos alemanes en cuanto a reivindicar aumentos salariales). Y habla de la falta de gasto por parte de los alemanes, por lo que se importa relativamente poco. Centra su comentario en las bajas compras públicas y privadas de bienes de inversión.

Tiene muchos comentarios, pero yo me quedaría con que para él el superávit comercial es malo porque no está llevando a mejoras salariales en una sociedad donde la desigualdad de renta ha aumentado mucho, y porque hay muy poca inversión, lo cual podría estar minando el futuro.

lunes, 2 de septiembre de 2019

Tema estrella: Guerra comercial China-EEUU

Comenzamos esta semana el curso. Desde mis clases del curso pasado, ha sido un año intenso en el que el blog ha estado hibernando. Llega septiembre, y ahora despierta.

Y empiezo con uno de los temas estrella, junto con el Brexit: la guerra comercial entre EEUU y China. Uno de los sitios web donde se puede encontrar información actualizada sobre el tema es aquí, en el Peterson Institute for International Economics. Allí se recoge una figura que muestra con cierta claridad el cambio de la Administración estadounidense. Es la figura de abajo (haz clic sobre ella para aumentarla). Refleja, del total de bienes que EEUU compra a China, qué porcentaje está sometido a aranceles (o a otras barreras comerciales). Si antes de la crisis lo estaban el 8,1% de las importaciones, desde ayer ya son el 68,5%. Y para el 11 de diciembre la Administración Trump planea que sea el 96,8%. Guerra sin cuartel.