miércoles, 30 de enero de 2013

Ejemplo de exportaciones nocivas (a largo plazo)


Leo en El Mundo un ejemplo de cómo las exportaciones pueden parecer la solución a corto plazo para generar ingresos, pero pueden generar problemas a lasrgo plazo. Clásico ejemplo de sobreexplotación (como las anchoas y la merluza del Cantábrico que tan bien conocemos y cuyo ayuno tanto nos ha hecho sufrir):

El nuevo 'boom' gastronómico se llama quínoa en español de España y quinua en español de Latinoamérica. Su sabor agradable, la calidad de sus proteínas y su alto valor nutritivo ha puesto de moda este cereal infravalorado hace tan sólo una década. El elevado contenido en calcio, hierro y aminoácidos esenciales, como la lisina, histidina y arginina, que supera a cualquier otro cereal, han hecho que Naciones Unidas declare 2013 como el año Internacional de la Quinua.

Pero todo en la vida tiene sus pros y sus contras. Los países como Bolivia, el mayor productor de quínoa del mundo, no dan abasto con la exportación de este cereal. Hace unos días, la ministra de Desarrollo Rural y Tierras boliviana, Nemesia Achacollo Tola, informaba "que el consumo interno de la quinua apenas alcanza al 10 por ciento de la producción nacional de este cereal alimenticio, en tanto que el 90 por ciento de esta producción total es destinado a la exportación".

Es decir, los bolivianos, que llevaban 7.000 años comiendo quínoa, están dejando de consumir este alimento ancestral. Han cambiado el cereal más nutritivo del altiplano por pasta de trigo y otras harinas. Esto se debe a que la demanda mundial del cereal supera su producción, por lo que el precio de la quínoa se ha triplicado en los últimos años.

El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Quinua (Anapqui), Juan Crispín, comenta que "en 2012 la superficie cultivada de quinua aumentó en un 46,96% respecto a 2011, al pasar de 64.789 hectáreas a 95.218 hectáreas.

El problema de la sobreexplotación alimenticia no es exclusivo de la quínoa. En Argentina, la soja se ha ido expandiendo durante los últimos años en la Región Pampeana. Para aumentar sus ganancias, los grandes productores usan semillas modificadas genéticamente que permiten dos o tres cosechas actuales, hacen siembra directa sin arar y emplean herbicidas y plaguicidas.

El mal manejo de estas técnicas compacta el suelo y hace más probable que lo ataque la erosión hídrica o desgaste causado por el agua de lluvia, aunque los agricultores y terratenientes obtienen unos cuantiosos beneficios por cultivar este alimento que también está de moda en los países occidentales.

A pesar de que estos mercados emergentes generan grandes beneficios económicos a corto plazo, si no se controlan, pueden acarrear 'pan para hoy y hambre para mañana'. Las consecuencias para la ecología y para la diversidad económica y social tradicional son nefastas, cambiando incluso las dietas tradicionales de los pueblos milenarios.

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