Hay un ejemplo muy bonito sobre cómo luchar contra el absentismo de los profesores (usando los randomized trials que ayer comentaba en el blog). Esther Ruflo, Rema Hanna y Stephen Ryan estudian el caso de unas escuelas en la India occidental en las que sólo hay un profesor. Si el profesor falta a clase, sólo lo saben los niños y sus padres y, como se trata de zonas rurales de difícil acceso, es difícil para las autoridades educativas implementar un sistema de control de asistencia.
¿Solución? Se probó a dar una cámara de fotos a cada profesor. Un niño debía sacarle una foto al principio y al final de clase. En la foto estaba indicada la fecha y hora en que se había tomado la foto. Los salarios de los profesores estarían ligados a las fotos: si tenían las dos fotos del día, le daban al profesor 50 rupias. Al mes suponían unas 1000 rupias, que es similar a su salario con el anterior sistema.
¿Resultado? Los profesores no se opusieron al sistema: ponía su destino en sus propias manos. El absentismo de los profesores fue del 42% en las escuelas que no aplicaron el sistema (medido por inspecciones sorpresa), mientras que en las escuelas en las que se empleaban las cámaras de fotos el absentismo fue del 21%. Además, los estudiantes de las escuelas con cámaras de fotos tuvieron mucho mejores resultados en los exámenes de final de curso. El experimento funcionó todavía mejor cuando "el incentivo" se subía de 50 a 55 rupias por día.
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