Todo parece fácil cuando alguien está de vacaciones en un país exótico y el vendedor le asegura, sonriente, que todo el transporte está pagado. Y mucho más cuando, cómodamente sentado en su casa, alguien hace clic en la ventana correspondiente del ordenador. Pero lo cierto es que a medida que aumentan las compras en países de fuera de la Unión Europea (un 12% de españoles hizo una de estas adquisiciones a través de la Red en 2015; en 2009 fue el 3%) también lo hacen las quejas, pues los chollos se convierten en ocasiones en una auténtica pesadilla por culpa de los retrasos, los laberintos burocráticos y los sobrecostes inesperados que puede acabar, incluso, en el abandono de la mercancía.Todo tipo de guías, desde las oficiales en la web de la Agencia Tributaria hasta las de modestas páginas de consumidores, recuerdan que casi todas las mercancías procedentes de fuera de la UE han de pagar IVA (hasta el 21% para compras de más de 22 euros a empresas y de más de 45 a particulares) y arancel (normalmente del 2,5% en compras de más de 45 euros a particulares y de más de 150 a empresas). Eso, si no se trata de un producto especialmente protegido en Europa con impuestos más altos: por ejemplo, las bicicletas procedentes de China, Camboya, Pakistán y Filipinas pagan un arancel del 48%.
martes, 23 de febrero de 2016
¿Cómo puedo importar un bien de fuera de la UE?
Esta pregunta tiene fácil respuesta. Adquiérelo a un vendedor extranjero. Pero el lío viene después cuando uno se tiene que enfrentar a cuestiones que les son desconocidas: aranceles, gestiones de aduanas, etc, etc. Un buen ejemplo lo tenemos en este artículo de El País. Comienza así:
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