Presenta hoy el Wall Street Journal un bonito
ejemplo de los efectos de equilibrio general de un arancel en EEUU. Y son muy duros contra la actual Administración Biden.
En 2018, durante la Administración Trump, EEUU fijó unos aranceles ad valorem del 10% sobre el aluminio para proteger a la industria del aluminio estadounidense... ¿Y? Pues que una parte importante de la cerveza se envasa en latas de aluminio.
A pesar de que buena parte de las latas (o de la materia prima para hacerlas) se obtiene de aluminio reciclado no sujeto a aranceles, el artículo indica que los precios del aluminio en EEUU han subido un 0,9%, y los de las bebidas alcohólicas más, con la consiguiente ganancia de excedente del productor y pérdida de excedente consumidor. Sin embargo, indican que los productores de cerveza han absorbido parte de la subida de costes, con lo cual les sale una pérdida neta de 2200 millones de US$. Tampoco parece que los ganadores sean las Administraciones Públicas con una mayor recaudación arancelaria, ya que ésta no ha subido tanto (135 millones de US$). El artículo señala que han sido los productores de aluminio reciclado estadounidenses los que se han beneficiado de la subida del precio del aluminio y habrían fijado precios más altos para todos los sectores a los que venden su material, incluido el cervecero.