Es un tema bastante trabajado el de la cuantifiación de efectos económicos de los boicots comerciales de uno o varios países a otro país o región. Ahora el tema de moda es la repercusión económica para nuestros agricultores (incluídos los de mi propia región) por el cierre de la frontera rusa a productos agropecuarios europeos. Antes habían sido boicots a los productos iraquíes e iraníes, el bloqueo de EEUU a Cuba, por citar algunos "conocidos". Es relativamente fácil cuantificar las pérdidas por este parón de exportaciones e importaciones. Por ejemplo, Simeon Djankov, lo hace aquí. Pero también él señala otro aspecto que es muy difícil de cuantificar: la pérdida de confianza de inversores, y yo diría también de las empresas que exportan e importan entre estos mercados. Si tuvieras una empresa en España que se plantea a medio plazo exportar un producto a Rusia, ¿gastaría ahora dinero para hacer un estudio de mercado? Y lo mismo para una empresa rusa que esté pensando en exportar o importar de la UE. Lo normal es que se dirijan a otros mercados "más seguros", probablemente menos beneficiosos. (Actualización 12-9-2014: precisamente hoy se publica este trabajo de Kyle Handley que va en esta línea)
Esto lleva a pensar que además de las compensaciones que ha diseñado la Comisión Europea para tratar de cubrir las pérdidas de nuestros agricultores y ganaderos comunitarios... ¿qué pasa con la compensación de costes asociados a la incertidumbre?
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