Los altos precios del petróleo han hecho posible la explotación de pozos que exigían técnicas costosas, como la usada en aguas profundas o la fractura hidráulica (fracking). Gracias a eso, Estados Unidos ha podido aumentar su producción de petróleo a un ritmo anual de entre 1,2 y 1,4 millones de barriles diarios desde 2011, lo que le ha permitido avanzar mucho hacia la autosuficiencia energética y convertirse en lo que los expertos denominan productor bisagra, aquel que dicta el rumbo del mercado. De esta forma, los productores de fuera de la OPEP, con EE UU a la cabeza, han sido capaces de cubrir el aumento de la demanda global, lo que ha diluido considerablemente la influencia de la OPEP. “No hay precedentes históricos de que un país pueda mantener durante tanto tiempo semejantes aumentos de producción. Eso ha cambiado por completo el mercado”, explica Antonio Merino, director de la Secretaría Técnica de Repsol y uno de los mayores expertos del mercado energético. “Lo que ahora se está tanteando es el nivel de precios al que EE UU puede mantener no ya la producción petrolera, que ronda los 5,5 millones de barriles diarios, sino los aumentos de oferta de estos últimos años. Yo creo que ese nivel está más cerca de los 85 o 95 dólares por barril que de los 70 dólares”, explica.
viernes, 31 de octubre de 2014
Comercio de energía: cambios geoestratégicos
El "alto" precio del petróleo durante muchos años ha hecho que otras fuentes energéticas y otras técnicas de extracción de combustibles se hayan vuelto rentables. Esto ha cambiado la dependencia de muchos países y quizá se trate de uno de los cambios en el comercio más relevantes (otros podrían ser la irrupción de China en los mercados en los últimos 15 años o la implantación de las cadenas de valor vinculadas a la fragmentación de la producción, por ejemplo). El País, lo comenta en este artículo del que entresaco este texto:
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