martes, 19 de enero de 2016

¿Tiene futuro el Banco Mundial?

Esta es la sugerente pregunta que se plantea la profesora de Oxford Ngaire Woods. Muchas veces el Banco Mundial ha financiado infraestructuras ligadas al comercio internacional. Un pequeño extracto de su artículo indica:

Mientras que un prestamista comercial puede demorar tres meses en preparar y desembolsar un crédito, al Banco le lleva más de dos años. Y los esfuerzos para acelerar el proceso, que comenzaron en 2013, solo redujeron ligeramente el tiempo promedio: de 28 a 25,2 meses; en algunas regiones (que representan un tercio de los créditos del Banco) la espera en realidad ha aumentado.
Un claro indicador del desempeño del Banco es el nivel de las primas que los gobiernos están dispuestos a pagar para evitarlo. Un crédito a 20 años del Banco Mundial paga una tasa de interés de aproximadamente el 4 % y los países más pobres pueden endeudarse al 1 % (con «Créditos de la Asociación Internacional de Fomento»). Sin embargo, muchos países están eligiendo emisiones de bonos o créditos comerciales mucho más caros. Por ejemplo, Ghana, a pesar de ser elegible para los créditos de la AIF, eligió recientemente financiarse en el mercado de bonos donde tuvo que pagar una tasa de interés varias veces mayor.
No sorprende entonces que las economías emergentes estén entusiasmadas por el establecimiento del Nuevo Banco de Desarrollo, creado por los países BRICS, y el Banco Asiático de Inversión para Infraestructura, impulsado por China. Ambas instituciones han prometido préstamos más rápidos.

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