miércoles, 5 de noviembre de 2014

Autarquía en España

Estoy acabando en clase con los temas vinculados a los modelos teóricos de comercio internacional. En estos modelos tradicionalmente se explican las ganancias del comercio con respecto a una situación en autarquía. Se considera que la economía española tuvo su periodo de autarquía entre el final de la guerra civil en 1939 hasta el Plan de Estabilización de 1959. Sobre este periodo me envía una estudiante un enlace a un artículo de El País del profesor de Historia Carlos Barciela. Algunas partes del artículo son interesantes, y otras me resultan discutibles (porque las afirmaciones que hace no veo claro en qué datos se fundamenta, pero eso es algo lógico en un artículo de opinión de prensa). Un pequeño extracto:

El nacionalismo y el rechazo a lo extranjero culminaron en el ideal de la autarquía. Con el tiempo, y a la vista del fracaso, los dirigentes del Régimen intentaron cambiar la historia, afirmando que la autarquía había sido impuesta desde el exterior. Lo cierto es que las bibliotecas están llenas de libros y revistas donde se pueden encontrar centenares de textos de los más destacados dirigentes y economistas franquistas defendiendo el proyecto autárquico. El propio general no dejó dudas al respecto: “España es un país privilegiado que puede bastarse a sí mismo. Tenemos todo lo que hace falta para vivir y nuestra producción es lo suficientemente abundante para asegurar nuestra propia subsistencia. No tenemos necesidad de importar nada”.

El logro de la autarquía exigía el control estricto del comercio exterior. Los aranceles quedaron arrumbados ante instrumentos más poderosos de intervención como el comercio de Estado, las licencias y contingentes, los acuerdos bilaterales y, sobre todo, el control de cambios y el monopolio del comercio de divisas. En definitiva, las decisiones sobre lo que se podía o no importar se sustraían del ámbito empresarial y quedaban en manos de las autoridades.

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