miércoles, 19 de agosto de 2009

Comercio en crisis: años 30 y actualidad

En el e-book que comentaba el otro día, el historiador de comercio internacional Douglas Irwin dedica un par de hojas a comparar la crisis de los años 30 y la actual, desde la perspectiva del comercio internacional. La clave de la diferencia para él: los tipos de cambio.

En la crisis actual se están usando profusamente las políticas monetaria y fiscal. Aparentemente la política comercial parece que no está siendo muy usada. Sin embargo, en los años 30, la ortodoxia presupuestaria no favorecía el uso de la política fiscal. Y como las principales monedas mundiales estaban ligadas al patrón oro, la política monetaria no tenía en la práctica muchas opciones. Y por eso se usó la política comercial. Pero ese uso tuvo tres corrientes:
  1. Los países que devaluaron sus monedas en relación al oro, con Gran Bretaña a la cabeza. Sus monedas pasaron a valer menos en términos de las otras. Por ejemplo, antes de la devaluación con una libra se podían comprar 10 francos franceses. Tras la devaluación hacían falta 1,5 libras para comprar esos 10 francos. Esto hizo que se importaran desde el Reino Unido menos productos franceses (un producto francés de 10 francos se habría encarecido un 50%, de costar 1 libra pasaría a costar 1,5 libras). Y se exportarían más productos británicos (un francés con 10 francos podía entonces comprar productos por 1,5 libras en el Reino Unido, en lugar de por 1 libra). Esto generaría recursos para los británicos que podrían estimular su producción (y el empleo) vía exportaciones. Estos países no pusieron (comparativamente) limitaciones al comercio internacional.

  2. Los países que no devaluaron sus monedas y que siguieron prácticas deflacionistas, como Francia. La deflación significa abaratamiento de los productos. La forma de conseguir aumentar la producción (y el empleo) pensaban que podría venir a través de vender los productos locales más baratos, porque además pusieron fuertes aranceles a la importación.

  3. Los países que no devaluaron, pero que impusieron fuertes controles al movimiento de divisas y a las transacciones internacionales de bienes y capitales, como fue el caso de Alemania. No pusieron aranceles, pero limitaron el comercio.
Hoy la situación es diferente por tres aspectos:
  1. Además de la política comercial, hay más herramientas de política económica que se están usando: la política fiscal y la monetaria, destacan entre ellas.

  2. Existe la OMC, que recoge un conjunto de acuerdos que los países han firmado y que les impide aplicar muchas de las medidas proteccionistas que se aplicaron en los años 30.

  3. Los trabajadores involucrados en sectores directamente afectados por el comercio internacional son menos que en los años 30. Además las empresas están mucho más ligadas internacionalmente (esto es, son más dependientes) hacia sus clientes y proveedores extranjeros, por lo que no estarían tan interesadas en hacer lobby con corte proteccionista.
El tiempo dejará claras las diferencias.

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