Un comentario sobre el líder en exportación. Llevamos varios años oyendo y leyendo que el superávit comercial de China es insostenible para los países que le compran a los chinos mucho más que lo que les venden. En primera línea está EEUU, pero detrás vamos una lista de países muy grande. Y de ahí surgen las presiones para que China aprecie su moneda, encareciendo sus exportaciones y abaratando sus importaciones. Para casi todos parece que el remimbi, la moneda china, está infravalorada respecto a su valor real, y que sería justo que China apreciara su moneda. Este es el discurso más habitual que escuchamos.
En este contexto me parece muy sugerente la columna que este mes ha escrito Dani Rodrik, de la Universidad de Harvard. Habla de las alternativas que tienen los chinos y de los costes que tendría para ellos la apreciación de su moneda. Y algo de razón es evidente que tiene. ¿Toda la razón? Supongo que no.
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