El tsunami y la crisis nuclear que han afectado a Japón han vuelto a levantar los miedos en el mundo de las empresas manufactureras: algunas empresas japonesas de componentes han dejado de suministrar componentes a clientes ubicados por todo el mundo y el "temor logístico" se ha esparcido. Por "temor logístico" entiendo el riesgo que asumen las empresas por confiar en pocos proveedores cuyos suministros son irremplazables. Y ya sabemos que hoy las empresas externalizan buena parte de la producción. Por ejemplo, el Financial Times nos indica que si un desastre natural tuviera lugar en el sur de China, se verían afectados nada menos que un 80% de los componentes básicos de electrónica que se producen en el mundo (por no hablar del montaje), con porcentajes similares en ropa y calzado. China se ha convertido en pieza clave.
Siguiendo con esa dependencia de China, en ese mismo artículo se muestra que muchas empresas están incluyendo en sus carteras de proveedores empresas ubicadas fuera de China. Bien porque los costes salariales en China están aumentando, o bien porque los proveedores ubicados en países ricos han mejorado sustancialmente su productividad a través de incorporar maquinaria "ahorradora de trabajo": La industria proveedora de componentes se resiste a desaparecer de los países avanzados. En el artículo hay quien incluso habla de un cambio de tendencia. Ya hemos leido señales de esto antes.
Un ejemplo de cómo Japón es relevante en el mundo de los componentes es el cuadro que incluye el Financial Times. Arriba se recoge su volumen en miles de millones de dólares en la industria de componentes maquinaria de precisión, y en los círculos de abajo el porcentaje en el total mundial de los componentes elaborados en Japón de ciertos productos (haz clic sobre la figura para aumentarla):
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