En el libro que me acabo de leer de Abhijit Vinayak Banerjee (ver aquí otro comentario pasado), profesor de economía en el MIT, sobre cómo puede funcionar mejor la ayuda al desarrollo aparece un ejemplo terrible vinculado al terremoto que en octubre de 2005 asoló el norte del Pakistán.
Dos cosas fallaron (entre otras muchas): no había mapas del lugar, y nadie coordinaba a los cientos de grupos y ONGS que actuaron allí. Tres economistas (un profesor de la Universidad de Lahore, un empleado del Banco Mundial y un profesor de la Universidad de Harvard), junto con algunos estudiantes de la Universidad de Lahore y algunas empresas informáticas pensaron sobre el tema y tuvieron una idea: cada ONG que acudiera y entregara algún tipo de ayuda debía completar un sencillo y breve papel (accesible desde la Web o también se podía responder por teléfono con una breve llamada). Se preguntaba exclusivamente qué se había entregado y dónde. La mayoría de la ONG se opusieron.
Resultado: La ayuda humanitaria se concentró en muy pocas localidades ubicadas en las carreteras principales. Muchos de ellos recibieron 2, 3, 4 ó más veces el mismo tipo de ayuda. La gran mayoría de la población afectada, que no vivía en esas localidades, no tuvo acceso a la ayuda humanitaria.
Banerjee critica, por ejemplo, un manual del Banco Mundial que aborda cómo los países donantes deben gestionar la ayuda al desarrollo para reducir la pobreza de los países receptores. ¿Cuál es el motivo de la crítica? Que los autores del libro no indican cómo saben que sus propuestas funcionan.
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