miércoles, 14 de octubre de 2009

Trabajo infantil y comercio internacional

Un tema polémico, y que hace reflexionar a casi todos, es el de los efectos que el comercio internacional tiene en el trabajo infantil. Es normal que vengan a nuestra mente imágenes de explotación infantil que tanto nos chocan. De hecho en estos días en el campus hay una exposición de esculturas relacionadas con los Derechos Humanos, realizadas por Javier Doncel, y hay una que me llamó especialmente la atención: un niño agotado después de haber estado cosiendo pelotas de béisbol.

¿Realmente el comercio internacional lleva a la explotación infantil? Yo no me atrevo a ser concluyente. Conozco trabajos de investigación que demuestran las dos posbilidades. Acaba de publicarse un documento de trabajo de Krisztina Kis-Katos y Robert Sparrow en el que analizan los efectos que la liberalización comercial tiene sobre el trabajo de niños de 10 a 15 años en Indonesia. Y los autores destacan estos dos resultados:
  • La apertura comercial lleva a reducir el trabajo infantil.
  • Los efectos más positivos los tienen los niños pobres de las zonas rurales.
Parece que el efecto que predomina está vinculado a las mejoras de renta: con la apertura comercial las familias mejoran sus rentas. De esa manera no se hace tan necesario para la familia que los hijos aporten rentas, y así dejan de trabajar y pueden seguir yendo a la escuela.

Para nosotros es evidente que un niño o una niña de menos de 16 años donde tiene que estar es en la escuela. Las situaciones sociales, económicas y culturales hacen que en otros países esto no sea evidente. Y siempre es alegre ver cómo, al menos en este caso, parece que el comercio puede favorecer a uno de los eslabones débiles de nuestras sociedades.

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