Paul Krugman señala una curiosidad.
Islandia declaró la bancarrota nacional y, entre las medidas adoptadas, permitió la libre fluctuación de su moneda lo que le llevó a una fuerte depreciación. Hoy su diferencial de tipo de interés (credit default swap, CDS), que solemos tomarlo como un indicador del riesgo financiero que se percibe en un país, está en 200 puntos.
Irlanda acudió con leyes a rescatar a sus bancos, comprometiendo las finanzas públicas para asegurar las limitaciones de solvencia de la banca privada y además requiriendo el rescate de la UE y del FMI. Irlanda, en el euro, no ha podido utilizar el ajuste en los tipos de cambio de su moneda. Hoy su CDS está en torno a 700 puntos.
Aunque es la foto puntual de lo que está pasando ahora, y es evidente que las cosas no son tan simples, Krugman siempre se ha caracterizado por explicar lo complicado con modelos teóricos muy sencillitos. Estos datos no alcanzan ni a ser un modelo teórico, pero el tiempo dirá si esta percepción tiene su lógica.
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