Existe un convenio internacional que intentar preservar del comercio las  especies animales y vegetales que están en peligro de extincion. Este  acuerdo se denomina 
CITES (Convención de Comercio Internacional de  Especies Amenazadas de Fauna y  Flora Silvestres). El Mundo nos lo cita al presentar 
este caso:
El creciente consumismo chino y la falta de aplicación de las leyes  que regulan el comercio de marfil son la última amenaza para las  poblaciones salvajes de elefantes. La caza ilegal de elefantes y de otras especies ha aumentao en África central y la mayoría de los productos se destinan a los mercados asiáticos y al propio mercado local africano de carne de caza para consumo humano.
La denuncia se hizo pública recientemente durante la última reunión  del organismo internacional que regula el tráfico de especies. Los  biólogos Esmond Martin y Lucy Vigne presentaron un informe a mediados de  agosto durante el último encuentro del CITES, tras visitar varias  fábricas de artesanía de marfil, almacenes y tiendas del sur de China: "Las autoridades chinas pusieron en marcha en 2004 un sistema  mediante el cual cada pieza de marfil debía tener una tarjeta de  identificación, pero lo que hemos visto es que el 63% de al menos 6.500 piezas de marfil puestas  a la venta en los lugares que visitamos carecían de la documentación  adecuada y por tanto era ilegal", ha afirmado Edmon Martin. 
La imposición de cotnroles sobre las ventas de marfil le permitió a  China un permiso del CITES para poder comercializar este producto, que  cuenta con grandes restricciones en el mercado internacional. De este  modo, en 2008 China importó 62 toneladas de marfil certificado por el CITES y proveniente de partidas decomisadas en Sudáfrica, Botswana y Namibia.
Sin embargo, de los 80 comercios que Martin y Vigne visitaron en el  sur de China, sólo ocho tenían a la vista los certificados de  identificación del origen legal del marfil.
"El marfil está ahora a unos 750 dólares el kilo, en  comparación con los 300-400 de hace algunos años. Esto supone mayor  incentivo para los furtivos y los traficantes en África", asegura el  experto. 
"Hay gente que muere por ello.Ha habido funcionarios públicos muertos  en enfrentamientos con furtivos. Además, este tráfico ilegal está impulsando la corrupción en África y poniendo en problemas a los servidores públicos que intentan que las leyes se cumplan".
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