Puentes nos explica la cuestión con cierto detalle. Resulta que como el transporte aéreo es un importante emisor de CO2, la UE ha puesto en vigor desde el 1 de enero una tasa a todos los aviones que despegan o aterrizan en territorio europeo. Y algunos ven esto como el inicio de una guerra comercial:
Las tensiones han ido en aumento y alrededor de 26 países - incluyendo China, Rusia, India y los Estados Unidos (EE.UU.) - anunciaron públicamente su desacuerdo con la iniciativa. La coalición adoptó en septiembre pasado una declaración en Nueva Delhi, en la que solicitaron a la UE anular la decisión de incluir la aviación en el EU ETS. India, país que ha tomado el liderazgo en el grupo opositor, ha declarado que si la UE introduce la medida en enero 2012, como ya fue el caso, aplicará medidas de retorsión. China, que de igual forma se opone al esquema, ya suspendió la adquisición de los Airbus A380s por parte de Hong Kong Airlines.
En uno de los últimos episodios de esta disputa aérea, el Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) adoptó el pasado 2 de noviembre un documento de trabajo que fue presentado por los 26 Estados en el que se solicita a la UE, y a sus Estados miembros, la exclusión de las compañías aéreas extracomunitarias del esquema EU ETS.
Para complicar el panorama aún más, la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó el pasado 24 de octubre una iniciativa de ley en la cual se consideraría ilegal que las aerolíneas estadounidenses cumplan con el sistema europeo. Los recientes eventos en Washington empeoran más la situación pues si la iniciativa de ley es aprobada por el Senado de los EE.UU., y se convierte en ley, las aerolíneas estadounidenses se encontrarán en una enorme disyuntiva. Algunos expertos incluso advierten que esta adversidad podría propiciar una guerra comercial transatlántica.
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