Muy provocadora e interesante la visión que Martin Wolf nos presenta
en el Financial Times. La teoría económica predominante indica que el crecimiento continuará indefinidamente. Pero las últimas décadas nos hacen dudar de la validez de esta teoría. En resumen, Martin Wolf compara las tres revoluciones industriales que se suelen considerar:
- Entre 1750 y 1830, comenzada en el Reino Unido, con la máquina de vapor y el ferrocarril como mayores exponentes.
- De finales del siglo XIX a mediados del siglo XX, con la electricidad, el motro de combustión, el agua corriente y servicio de alcantarillado, las comunicaciones (radio y teléfono), los productos químicos y el petróleo.
- Desde hace unos 50 años, con la edad de la información, el ordenador, los semiconductores e internet.
La visión de Martin Wolf es que las tres revoluciones han generado aumentos de la productividad, lo que es el indicador de crecimiento (ver gráfico abajo, haz clic para aumentarlo). Pero que la segunda revolución es la que realmente impulsó el crecimiento. Los inventos de la tercera revolución industrial no han llegado a emular a los de la segunda. Y éste es su punto clave.
Cita
este (¿y
éste?) trabajo de Robert Gordon, y plantea estas preguntas: ¿con qué te quedarías?¿con un invento tecnológico posterior a 2002, o con agua corriente y baño en casa? Incluso Martin Wolf no cambiaría el agua corriente y baño en casa por nada inventado tras 1970.
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