Por todo ello me resulta chocante esta noticia en la que se habla del transporte a muy larga distancia por la legendaria línea del transiberiano. Unos datos:
La cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que concluyó hace unos días sus trabajos en el puerto ruso de Vladivostok, analizó el papel que jugará el Transiberiano -el ferrocarril que une Moscú con el Extremo Oriente ruso- en el desarrollo del comercio mundial. Un total de seis trenes de pasajeros recorren cada día los casi 9.300 kilómetros de distancia que separan Moscú de Vladivostok.
Vladímir Yakunin lanzó el año pasado un gran plan de modernización de los ferrocarriles rusos que incluye la construcción de 20.000 kilómetros adicionales de vía, la renovación del parque de locomotoras y vagones, la automatización de los sistemas de control y la puesta al día de la red de señalización. Prevé una inversión global de cerca de 400.000 millones de euros de aquí a 2030.
En lo que se refiere particularmente al Transiberiano, según Yakunin, el proyecto consiste en crear un corredor de carga entre el Extremo Oriente y Europa para que las mercancías lleguen a su destino en un intervalo máximo de una semana. Los plazos actuales de envío desde China al Viejo Continente por vía marítima oscilan entre los tres y los seis meses.En la cumbre de APEC se ha hablado también de las posibles etapas para la apertura de una línea férrea que una el continente asiático con el americano a través de un puente bajo el estrecho de Bering, desde Chukotka a Alaska. Es una idea que seguramente tardará aún mucho en materializarse, debido a su alto coste, pero que cuenta con mucho apoyo, tanto desde el lado ruso como desde el estadounidense.
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