martes, 1 de julio de 2008

Francia eterna

Hoy Francia asume la presidencia europea para los próximos 6 meses. Independientemente de quien sea su presidente, siempre nos encontramos con el mismo tipo de declaraciones en relación al comercio internacional. Aquí van un par de comentarios de Sarkozy:

"El paquete energía-medio ambiente es el más difícil de mi presidencia", señaló. Sarkozy es partidario de desarrollar una "fiscalidad ecológica" con un componente proteccionista. Sugirió, por ejemplo, imponer tasas especiales para los productos procedentes de países que no respeten los límites de las emisiones de dióxido de carbono. "Lo que prohibimos a nuestras empresas", dijo, "no se lo podemos permitir a quienes nos venden sus productos, porque penalizamos a los nuestros. La reciprocidad será la prioridad de mi presidencia". Sarkozy quiere que Europa "imponga" al resto del mundo su modelo de protección medioambiental. "Ésta es la Europa que protege al planeta y lucha contra el calentamiento global, y también la que protege a sus trabajadores de las deslocalizaciones".

Cuando estudiamos "la economía política de la política comercial" este es uno de los ejemplos habituales que ponemos. El otro habitual suele ser el de las diferentes condiciones de trabajo en los países (con diferentes normativas de seguridad laboral, de derechos sindicales, de derechos salariales,...). ¿Y qué respuesta se suele dar a este tipo de afirmaciones? Pues que si se tiene un problema (medioambiental o de condiciones laborales), mejor que tratar de corregirlo indirectamente con una política comercial es tratar de corregirlo con una medida que vaya directamente sobre el problema. Esto implicaría que los problemas medioambientales se deberían solucionar con acuerdos en el marco del IPCC (reciente premio Nobel de la Paz), y los problemas de carácter laboral lo hicieran en la Organización Internacional del Trabajo, por ejemplo. Y aquí adquiere gran valor todo el tema del etiquetado de productos con certificaciones de agencias independientes y gubernamentales. Y que el ciudadano (el consumidor) decida qué prefiere hacer: comprar un producto que cumpla un estándar de calidad, medioambiente, laboral,... o comprar un producto que no certifique que lo cumple.

Y el otro comentario de Sarkozy:
Se mostró en contra del principio de acuerdo que la Comisión Europea ha establecido con la Organización Mundial de Comercio (OMC) sobre la eliminación de los subsidios agrarios. "Este acuerdo supondría perder un 10% de puestos de trabajo y el 10% de nuestra producción agrícola", dijo.
Eso es un coste de oportunidad conocido. Y ya vemos que Europa no quiere asumirlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizás un poco tonto, pero ¿la política de proteccionismo de Sarkozy no va de contra a los temas estudiados en comercio internacional? es decir, en una economía globalizada ¿no es mejor disminuir el proteccionismo como inversión en el sector? más específicamente en el agrario de la UE. Lo que también va a favor de la eliminación de los subsidios.

Antonio Gómez Gómez-Plana dijo...

La segunda afirmación que hace Sarkozy puede ser cierta. Pero el hecho de que se pierda producción y empleo agrícola en la UE va acompañada de un aumento de la producción y el empleo en otros países no comunitario. ¿Qué países? Depende del tipo de producto pero, en términos generales, Brasil, Argentina, Australia,... En total da un saldo positivo a nivel mundial. Pero... con perdedores y ganadores. Y a los franceses tradicionalmente no les gusta ser perdedores en comercio internacional.