Acabo de leer un artículo breve en el que se plantea si es buena la "fuga de cerebros" de África. En este continente es donde más se aprecia la emigración de personas cualificadas en dirección a los países desarrollados. Y el artículo señala como argumentos a favor de los efectos positivos el hecho de que las remesas que estos trabajadores cualificados envían a sus países permiten mejorar el bienestar del país de origen. Y también destacan que algunos de estos emigrantes regresan a sus países después de haber acumulado todavía un mayor nivel de cualificación. A mí no me convence la idea de que la fuga de cerebros sea buena para un país.
Pero surgen los nuevos argonautas, como se indica con el ejemplo de indios y chinos que se han movido (y se mueven) entre sus negocios en el Silicon Valley en California, y sus empresas de alta tecnología en India y China. Parece que esa movilidad, ese regreso de "cerebros" a China e India ha podido influir de alguna manera en el gran crecimiento de estos países. Y a raíz de esta idea se ha incluido un concepto nuevo: además de "fuga de cerebros" (brain drain), se ha comenzado a hablar de "circulación de cerebros" (brain circulation).
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