Yi da dos pruebas de por qué considera que esta teoría puede ser cierta. Aquí va una de ellas. Cojamos los datos del sector del automóvil en EEUU:
- La caída de sus importaciones en el último trimestre (en términos interanuales) ha sido del 23,2% para las originarias de Canadá y México (que junto a EEUU conforman el NAFTA), mientras que ha sido del 19,6% para las del resto de países. Ambos datos son muy similares.
- Respecto a las exportaciones, han caído un 20,1% las dirigidas por este sector hacia Canadá y México. Este es un dato similar al de las importaciones. Pero han aumentado un 1,5% en las dirigidas al resto de los mercados.
- El 60% de las exportaciones del sector automóvil de EEUU al NAFTA son componentes. Buena parte de estas partes exportadas luego vuelven a entrar en EEUU ya montadas en automóviles o en otros componentes más complejos. EL 75% de las exportaciones de EEUU al resto del mundo son automóviles acabados. Esto explicaría los fuertes cambios porcentuales en los dos sentidos.
- Por todo ello podemos deducir que los flujos con el NAFTA están dirigidos por la demanda final de coches en EEUU. Y los números se agrandan por esa fragmentación de la producción.
- Este fuerte efecto negativo puede convertirse en positivo en épocas de expansión.
- Un país cuyo comercio en inputs intermedios es elevado se supone que es menos proclive al proteccionismo: encarecer los inputs lleva a que sus productos finales también se encarezcan.
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