Unos extractos:
En algunas sociedades y en algunos sectores económicos, la impunidad es ahora tan omnipresente, que se la considera inevitable. Cuando se acaba considerando “normal” de forma generalizada el comportamiento impropio de los dirigentes políticos y empresariales, la opinión pública no lo castiga, lo que refuerza su carácter de normal y crea una “trampa de impunidad”.
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Así, pues, ¿qué se puede hacer para superar la trampa de la impunidad? Una parte de la respuesta es, naturalmente, la imposición de la observancia de la ley (como en el caso de los procesamientos de la FIFA) y la protección de los denunciantes. Sin embargo, no basta; las actitudes públicas también desempeñan un papel importante.
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Sin embargo, no todas las sociedades ni todos los sectores están presos en una trampa de impunidad. Algunas sociedades –las más destacadas de las cuales son las escandinavas– mantienen la esperanza de que los funcionarios públicos y los dirigentes empresariales actúen ética y honradamente.
(...)Estudios recientes han mostrado que, cuando existe una “confianza generalizada” en la sociedad, los resultados económicos son mejores y la satisfacción vital es mayor. Entre otras razones, resulta más fácil concertar acuerdos comerciales y aplicarlos eficientemente. No es casualidad que los países escandinavos figuren entre los más felices y prósperos del mundo año tras año.
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