- Hay problemas en la relación África-UE. Había unos acuerdos comerciales entre estas dos áreas que colisionaban en algunos aspectos (Cotonou, Doha), y que por ello obligaban a negociar desde el año 2002 y cambiar las reglas comerciales antes de diciembre de 2007. La estrategia de la UE en el proceso de negociación para este nuevo acuerdo ha sido visto desde muchos países africanos como una aplicación del “divide y vencerás”. Así, muchos países africanos no firmaron los acuerdos propuestos por la UE antes de esa fecha (los Economic Partnertship Agreements, o EPA en la terminología habitual). Entre ellos están los incluidos en una lista de países menos desarrollados que entraron automáticamente en el esquema de preferencias comerciales de la UE “Todo menos armas” (que implica la libre entrada de muchas mercancías en la UE sin exigencia de contraprestación por parte del país menos desarrollado a la UE). Hay otros cuatro países no firmantes africanos: Sudáfrica, que tiene en curso el desarrollo de un acuerdo bilateral; y Gabón, Nigeria y la República de Congo que tendrán que seguir el Sistema de Preferencias Generalizadas que les lleva a una situación peor que la que han tenido hasta diciembre pasado.
- Estimaciones a los efectos de los EPA (por investigadores externos a las instituciones de la UE y de África: la Universidad francesa Sciences-Po, y el centro de investigación Internacional Food Policy Research Institute) indicaban que los EPA llevarían a ganancias masivas para la UE y pérdidas para esos países del tercer mundo (debido a la desviación de comercio que tendría lugar).
- ¿Por qué la UE se ha podido comportar así? Sin duda que hay muchos motivos y uno de ellos puede ser la presencia cada vez más relevante de China en África (por ejemplo, una muestra de la cierta receptividad africana al interés económico de China en África está en que el Banco de África para el Desarrollo presentó hace un año su informe anual en Shanghai). Se podría entender, por ejemplo, como una vía de la UE para tratar de no perder presencia económica en África. Tampoco la India se ha quedado parada. Hace pocos días tuvo lugar la cumbre India-África con la presencia de los principales jefes de gobierno. Además de los lazos migratorios (en África hay una relativa presencia india desde el siglo XIX), parece que el interés indio por los recursos naturales, por los mercados de venta para sus manufacturas, ha estado tapado en la cumbre por el tema de cómo la India podía contribuir al desarrollo en África. Y para mayo se anuncia una cumbre Japón-África en Yokohama.
- Además parece que otras alternativas negociadoras les han dado un resultado más satisfactorio a los africanos: en 2001 se llegó a un acuerdo con EEUU que se materializó en una ley (African Growth and Opportunity Act) que varios años después parece reflejar que ha impulsado las exportaciones africanas hacia EEUU no sólo en cuantía, sino también en diversificación, a pesar de que la ley mantiene importantes restricciones sobre las exportaciones africanas hacia EEUU. África no se queda quieta, a la espera de qué decide la Unión Europea.
- Cambiando de tema: Algo de lo que también se podría hablar es sobre la evolución de los precios de las materias primas, englobando tanto a recursos minerales como a productos agrícolas básicos. Aquí la evolución de los precios parece que sonríe a los productores africanos, pero que genera problemas acuciantes a las clases más desfavorecidas en África.
- Y para finalizar: En el prólogo del monográfico que se acaba de presentar, se indica que “los resultados del comercio justo dependen,…, del comportamiento humano”. Suele ser habitual cuando se habla informalmente de estos temas que una persona piense que ella sola no puede hacer nada por mejorar a los productores de un país en desarrollo “dado el poder económico descomunal de las grandes empresas multinacionales”. Sin embargo yo opino que en nuestra mano está el cambio. Somos, entre otras muchas cosas, consumidores. Y como consumidores dedicamos nuestro dinero, nuestros recursos, a adquirir lo que queremos. Y podemos optar por estos productos de comercio justo (sean africanos, latinoamericanos o de donde sea). ¿Y esto no cambia el mundo? Recuerdo que en marzo de 2005 el entonces presidente argentino Néstor Kirchner, llamó a 'boicotear' a la empresa petrolera anglo-holandesa Shell y no comprarle 'ni una lata de aceite' debido al aumento de precios de hasta 4,2% que dispuso y que luego fue seguido por la empresa Esso. El éxito del boicot fue tal que unas semanas después estas empresas daban marcha atrás y reducían sus precios. Fue una cuestión de movilización y de sensibilización. Como se dice en este informe: “los resultados dependen del comportamiento humano”.
miércoles, 16 de abril de 2008
Africa y comercio
Hoy he participado en una mesa redonda titulada "Comercio Justo y África. Situación y perspectivas", que organizaba la ONG Setem. Estaba encuadrada dentro de la Semana de la Solidaridad que se organiza en la universidad desde hace ya unos años. He dicho algo así (en resumen: algo está cambiando en las relaciones UE-África, respecto a lo que había sido el periodo post-colonial):
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