En algunas ocasiones he indicado que una de las recetas para salir de esta crisis es vender más en el extranjero, exportar. El efecto positivo de este aumento sobre el PIB puede llegar también a afectar positivamente al empleo. Todo el mundo está de acuerdo en ello. Los problemas residen en ver si los otros países están dispuestos a comprar más productos made in Spain. El que unos cuantos de nuestros principales clientes estén también en crisis, e intenten usar la misma receta, empeora el panorama. Y si además nuestros productos tampoco se hacen más atractivos (en diseño, tecnología, precio,...) es difícil dar un salto exportador.
Sobre esto, es interesante ver cómo están reaccionando dos de los países europeos que más se están viendo sacudidos por la crisis financiera: Irlanda e Islandia. Krugman nos muestra el gráfico siguiente. Ambos están aumentando sus exportaciones netas de importaciones. Y eso para ellos es bueno. Islandia además ha jugado también con la carta de devaluar su moneda, lo que la hace más pobre, pero abarata sus productos.
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