Sorprende cómo la tecnología evoluciona tan rápido que afecta a que grandes empresas vean variar sus cifras de ventas de un año para otro de manera abruptísima. Me llama la atención que esto suceda con bienes físicos de alto valor añadido, porque estos cambios fuertes estamos habituados a verlos con instrumentos financieros, pero no con bienes. Este es el ejemplo que Expansión nos pone con los "smart phones":
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