Keynes hace 70 años ya habló de poner un impuesto a las transacciones financieras internacionales para evitar los bruscos desequilibrios que se ocasionan en los mercados financieros internacionales. En los años 70 ,James Tobin (posteriormente premio Nobel de Economía) habló de lo mismo.
Esa propuesta ha sido muy defendida por algunas ONG "pro-globalización con otra reglas", y por una parte del movimiento anti-globalización. Las críticas y excepticismo han venido desde el lado de intermediarios financieros y economistas que veían esa "tasa Tobin" como algo prácticamente imposible de implantar por la complejidad de los tipos de transacciones financieras y la existencia de paraísos fiscales, entre otros motivos.
¿Qué gravar con el impuesto?¿La compra de acciones o fondos de inversión en otros países?¿La inversión extranjera directa que busca crear empresas o generar empleo?¿las adquisiciones de bienes de consumo a través de la red (suscripciones a revistas, libros, música,...)?¿Y cómo materializarlo?
En los últimos tiempos se ha vuelto a hablar del tema. Parece que la idea va hacia acotar qué se podría gravar con el impuesto, cómo minimizar el impacto negativo de ese impuesto, cómo aplicar técnicas informáticas que permitieran una gestión razonable del impuesto,...
Parlamentos como los de Austra, Bélgica y Francia ya han mostrado su predisposición positiva, así como Naciones Unidas, que lo ve además como una posible fuente de recursos para financiar el desarrollo.
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