Una familia española gastaba aproximadamente el 24% de su renta en alimentos y bebidas en 2005, y el 25% en 1999, según el INE. Aquí recojo un gráfico de un país pobre, Camboya (Soloaga, 2007, Trade reforms and poverty. The case of Cambodia). Se divide la población por decilas de renta (eje horizontal, 1=10% de la población (los más pobres),..., 10= 10% más rico, aunque esos últimos no salen en el gráfico original). Y parece que en 1999, si exceptuamos a los habitantes de la capital Phnom Penh, el gasto en alimentos representaba entorno al 70% del gasto de las familias.
Si te gastas el 70% de tu renta en un bien (alimentos) que en pocos meses sube de precio más de un 20%, surgen sin duda enormes problemas de subsistencia. Y esto está sucediendo en muchos países simultáneamente. Un rostro "poco amable", por decirlo suavemente, de la globalización.
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