lunes, 27 de octubre de 2008

Reflexiones sobre la crisis financiera

Hoy lunes por la mañana y con una apertura en picado de las bolsas, aquí pongo unas ideas que a mí me merecen una reflexión:

- Indica Cinco Días lo siguiente:
Pero parece impensable que algún gobierno de la UE vaya a dejar caer un banco en dificultades. Y como advierte el instituto de estudios Centre for European Reform 'el rescate del sector bancario hará más difícil negarse a apoyar a otras industrias'. La automovilística ya está en la cola y reclama créditos blandos por valor de 40.000 millones euros, una petición que ha ganado peso después de que EE UU aprobase una ayuda de ese tipo por 25.000 millones de dólares.
(...)
El shock del 15-S (aclaración: bancarrota sin rescate del banco estadounidense Lehman Brothers), sin embargo, también ha servido como catalizador para reformas eternamente pospuestas o proyectos inalcanzables hasta hace poco. En el punto de mira están desde los paraísos fiscales hasta las agencias de calificación. Y en un tiempo récord, Bruselas ha reformado las normas de contabilidad, ha propuesto la reforma del sistema de garantía de depósitos y ha creado un grupo de alto nivel para reformar la supervisión de los grupos bancarios transfronterizos. Todo tarde. Pero ha llegado gracias a la crisis.

- Indica Horst Köhler en una entrevista en El País (ha sido una persona muy importante en el sistema financiero internacional y que lo conoce bien):

En este sector, sobre todo en el anglosajón, existía la creencia de que era posible convertir todo en oro y hacerlo de forma indefinida. La banca de inversión y las innovaciones financieras se fueron separando cada vez más de la economía real. El único objetivo que quedaba era el de lograr el máximo beneficio. Se fueron alejando de los fundamentos éticos de la empresa y volvieron la espalda a los valores más importantes de nuestra sociedad.
(...)
Me gustaría que los gobiernos seleccionasen unas cuantas mentes privilegiadas, hombres y mujeres, como las que por entonces (aclaración: años 40) integraban el grupo liderado por el economista John Maynard Keynes, que se uniesen para encontrar el modo de crear normas para un mundo globalizado. En mi opinión, esto también implicaría que reconociésemos que luchar contra la pobreza y combatir el cambio climático son asuntos estratégicos comunes para los países industrializados y los países en transición y en vías de desarrollo. Hasta ahora, en los países industrializados sólo nos hemos asegurado, con frecuencia, de que nosotros mismos estamos en una posición acomodada, de que hay prosperidad y trabajo en el plano nacional. Nos daba igual que otros en el tercer mundo tuviesen que pagar por esto un precio más alto del que pagamos nosotros. Hoy ha quedado claro que, si queremos una sociedad acomodada, hay que tener en cuenta a todos.

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