Esta semana explicaba en clase que cuando se producen ajustes sectoriales a causa del comercio internacional, ese ajuste a corto puede diferir del ajuste a largo plazo. Al describir brevemente el modelo de factores específicos les indicaba que un factor productivo (por ejemplo, el trabajo) puede quedar "atrapado" en una especialización un tiempo antes de ser adecuado para ser utilizado en otra especialización diferente. Por ejemplo, yo ahora estoy dando clases de Comercio Internacional. Si mañana me dicen que cambio de asignatura, el ajuste que sufriré no será el mismo si me ponen a dar clases de Política Comercial Internacional que si me ponen a dar clases de Paleontología. Adaptarse a una nueva labor específica implica unos costes de ajuste.
Solemos asumir que cuando el comercio provoca cierres y aperturas de empresas, los trabajadores se pueden desplazar de unas a otras sin problemas. Y esto parece que no es tan evidente. Hace años, Roman Wacziarg y Jessica Seddon Wallack mostraron que esa movilidad entre sectores del trabajo no es tan clara cuando acudimos a los datos reales. Y hace mucho menos tiempo Carl Davidson y Stepehn Matusz mostraron que la cuantía del coste del ajuste puede ser equivalente a una gran parte de los beneficios derivados del nuevo panorama del comercio.
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