martes, 15 de marzo de 2011

Argentina

Argentina es en la actualidad uno de los ejemplos de manual que se suele utilizar al hablar de proteccionismo. Algo hemos comentado en el blog, o más recientemente en el estudio que hacen Demián Dalle y Federico Lavopa. Estos últimos hablan de 3 instrumentos no convencionales que están usando: licencias no automáticas, derechos antidumping y precios de referencia (o valores criterio).

Comentaré algo sobre la exigencia de licencias para la importación. Si se quieren vender determinados productos en Argentina se necesita antes obtener permisos en alguna de sus embajadas, consulados o centros que su gobierno designe. Esto es una barrera al comercio: ¿cuánto tardan en entregar la licencia?¿es fácil para la empresa vendedora acudir a ese centro para conseguir la licencia?  Y muchas más cuestiones que se nos pueden ocurrir.

Puentes Quincenal nos describe las últimas novedades sobre este tema: El [nuevo] sistema de licencias no automáticas aplica para productos como los autos de alta gama, artículos metalúrgicos, electrónicos de consumo, hilados y tejidos, moldes y matrices, vidrio, bicicletas y piezas de bicicletas, entre algunos más.

Argentina tiene una balanza comercial con superávit, entre otras cosas, por la evolución en los últimos años de los precios de las materias primas que exporta (aunque esto tiene sus riesgos: la enfermedad holandesa). ¿Qué sentido tiene la protección? Quizá la respuesta esté en contentar a algunos colectivos del país, ya que estamos en año de elecciones presidenciales y Cristina Fernández aspira a la reelección.

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