La semana pasada se lanzó la nueva versión de iPhone, y uno de los puntos que me ha llamado la atención es que Apple ha tenido que ceder ante lo que algunos dicen que ha sido la presión legislativa de la Unión Europea.
Un político de un país minúsculo, como es Malta, es una de las personas que ha liderado que no se puedan vender ciertos dispositivos electrónicos en la UE si no cumplen ciertos parámetros de estandarización, que facilitan la vida a los usuarios. Por ejemplo, el tener un puerto USB-C en los nuevos iPhone. Un "gran comprador" (la UE) ha podido doblegar a una empresa a la que no le gusta ser estandarizada. El Wall Street Journal lo cuenta aquí. También hay quien opina que esta nueva apertura de Apple va a favorcer el atractivo de su iPhone. Veremos qué tal sus ventas.
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