sábado, 27 de diciembre de 2008

Otro ejemplo de protección a la industria naciente


Hace unos días Dani Rodrik, profesor de Harvard, aportaba en su blog un caso que, para mí, se puede usar como ejemplo de éxito en la protección de una industria naciente. En este caso no se ha tratado de aplicar medidas de protección comercial del propio país, sino de impulsar la exportación otorgando ayudas que no se dan a las empresas extranjeras. Se trata de un ejemplo vinculado a la industria de la floricultura en Etiopía. Desde hace años parece que la industria de las flores está teniendo éxito en Kenya, su vecina. Las condiciones climatológicas, de suelo, de costes,... hacen que las flores kenianas sean muy competitivas en los mercados occidentales. Y a la vista de este ejemplo, algunos inversores etíopes se arriesgaron a montar el negocio en su propio país.

Antes de que la producción proporcione beneficios a los productores, hay que tener en cuenta una serie de hechos relevantes: La tecnología es estándar y no demasiado cara, pero otros aspectos vinculados a la comercialización de las flores resultan mucho más caros. Por ejemplo, los portes aéreos (hay que tener conexiones aéreas regulares con Europa) o un sistema de empaquetado de calidad (que garantice que las flores lleguen en perfectas condiciones a los mercados occidentales).

Ante la competencia internacional, los productores etíopes no podían llegar al umbral de beneficios que les permitiera aguantar financieramente los primeros tiempos de la actividad. Así que el gobierno etíope decidió ayudar a los productores nacionales proporcionándoles dos cosas: tierra a bajos precios y unas vacaciones fiscales. En pocos años las exportaciones han alcanzado los 100 millones de dólares, y hay ya unos 90 productores en todo el país.

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