Muy interesante el articulo de ayer de Martin Wolf en el Financial Times.
El problema que abordaba era que algunos países mantienen sus monedas infravaloradas (China, fundamentalmente) y esto perjudica a sus socios comerciales (y entre ellos destaca EEUU). El tener una moneda infravalorada hace que los productos de ese país sean más baratos en otras monedas y puedan exportarse más. En épocas de baja demanda como la actual, esto es una herramienta para exportar más y que sea el sector exterior el que tire de la economía nacional. Y este típico problema, que ya sucedió durante la Gran Depresión de los años 30, es una amenaza muy presente. El país importador ve como sus propios productos nacionales son sustituidos por los productos del otro país. Y cuando el importador intuye que detrás hay una manipulación artificial de los tipos de cambios... vienen las disputas.
En los próximos días las autoridades económicas de EEUU deben emitir un informe en el que dirán si consideran que China está manipulando su moneda. Si, como parece, su conclusión es afirmativa, las autoridades americanas tomarán algún tipo de represalia. Por lo pronto la Cámara de Representantes ya ha votado a favor de tomar represalias arancelarias, con los detalles recogidos en el Wall Street Journal (vía Trade Diversion). Sin embargo nos olvidamos de otros perjudicados, y como indica Bridges y muy bien recogen las dos primeras figuras del gráfico de Martin Wolf (haz clic sobre él para aumentarlo), países como Brasil están viéndose muy perjudicados por las políticas de tipos de cambio de EEUU, Japón y de la la UE: de ahí las protestas del Ministro de Hacienda brasileño.
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