viernes, 10 de diciembre de 2010

Bicicletas

Hace un mes estuve tentado de poner en el blog esta noticia que daba Expansión. Se trataba del cierre de la fábrica alavesa de bicicletas BH (que no es ninguna empresita pequeña, como se puede deducir de su web). Pero ese día tenía otras cosas que contar en el blog y finalmente no la puse. El tema estaba vinculado tanto al comercio intercional, como a la añoranza infantil.

Respecto al comercio internacional, el cierre de la planta alavesa no suponía la desaparición de la empresa: ésta trasladaba su producción a la planta que poseen en Portugal y a subcontratas en Asia: minimizar costes era el objetivo, porque la planta de Vitoria generaba pérdidas.

Y respecto a la añoranza, en mi infancia prácticamente sólo había en el mercado dos marcas de bicis: BH y Orbea (ambas vascas, por cierto). Las BH eran las de paseo, y las Orbea solían ser las de competición. Yo heredé la bici de mi hermana, y era un BH roja de ruedas totalmente blancas, lo que me diferenciaba del resto de las bicis del barrio que tenían las habituales ruedas negras y blancas. A veces esa exclusividad era motivo de orgullo, y otras veces era motivo de vergüenza. Y en ambos casos el sentimiento surgía por ser "el diferente". Típicos sentimientos de la infancia.

Hoy leo en la prensa una noticia que me ayuda a entender mejor la decisión empresarial: hay una restricción cuantitativa que limita la importación de bicis chinas a la UE. El límite está en 700.000 unidades. En estas semanas la UE está revisando esta restricción cuantitativa. Supongo que los gestores de BH sabían perfectamente lo que se puede estar rumoreando por Bruselas y es interesante leer lo que la prensa recoge. Veremos cómo acaba el tema.

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