El País nos da un buen
ejemplo, que además corresponde a un libro que parece polémico:
Parte de ese pasado está en el reciente libro del periodista venezolano Roger Santodomingo, De verde a Maduro (Debate),
una biografía no autorizada del jefe de Estado que aún no está a la
venta en Venezuela. Su autor lo atribuye a “decisiones administrativas”.
“Al libro lo está afectando el desorden del
Gobierno, que no entrega de forma oportuna las divisas a los
importadores”, explica el autor.
El estricto control de cambios de este país ha liquidado la
posibilidad de repatriar a tiempo las utilidades que las compañías
transnacionales como Random House Mondadori,
propietaria de Debate, generan en Venezuela, así como de fijar precios
de venta al público a los libros importados. Para finales de abril
Cadivi, el órgano estatal que administra los pagos en divisas
extranjeras, no había cancelado la deuda acumulada con el sector
editorial desde mediados de 2012, que ascendía a 10 millones de dólares
acuerdo con los cálculos de Iván Diéguez, presidente de la Cámara
Venezolana del Libro. El retardo en la entrega de la moneda
estadounidense fue la causa de la falta de novedades literarias
extranjeras en el pasado festival.
Cuando el Gobierno de Hugo Chávez
comenzó a exigir a las editoriales que querían importar textos un
Certificado de No Producción Nacional para otorgar divisas al cambio
oficial, cuya tramitación no tarda menos de un mes, Venezuela dejó de
lanzar novedades en simultáneo con otros países de la región. “¿Qué precio
se le puede poner a mi biografía si la editorial desconoce a qué precio
le van a liquidar los dólares que utilizó para importar?”, se pregunta
el periodista. En el extranjero su texto costaría 20 dólares. Si se
vendiera al precio controlado de la moneda local -6.30 bolívares por
dólar- no pasaría de los 130 bolívares. Al valor del dólar en el mercado
negro –bolívares 30 por dólar- llegaría a 600. “Sería impagable”,
reconoce el autor.
Es posible, no obstante, que en las próximas semanas la biografía del
presidente pueda estar en las librerías locales. Un milagro lo ha hecho
posible: el acercamiento del Gobierno al sector privado -que según el
ministro Nelson Merentes representa el 70% del motor de la economía
nacional- y el compromiso de pagar el 88,45% de la deuda acumulada con
el sector. Los agremiados a la Cámara Venezolana del Libro
–editoriales, librerías y distribuidoras- han comenzado a recibir pagos
atrasados, dice Diéguez. Random House Mondadori está entre las
beneficiadas, según Víctor García, representante del grupo en Venezuela.
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