Mañana se cumplen ya 10 años de la entrada en nuestros bolsillos del euro. ¡10 años y todavía sigo pensando muchas veces en pesetas! Ya son 15 países los que lo han adoptado (mañana 16, con Eslovaquia) ¿Ha sido algo bueno o no ha sido tan bueno? Veamos este tema referido al comercio internacional...
Una de las cuestiones que se planteó en aquel momento fue el enorme impulso que iban a tener los intercambios comerciales al desaparecer la "barrera" que suponía el uso de diferentes monedas. Andrew Rose publicó un artículo, muy popular, en el que pronosticaba que el efecto del euro podía llevar a triplicar los flujos comerciales entre los socios europeos. Posteriormente Andrew Rose y Reuven Glick estimaban que los flujos se duplicarían.
Los trabajos más recientes parecen mostrar que el euro, en efecto, ha impulsado los intercambios comerciales entre los socios comunitarios. El último trabajo es el de Frankel, que ofrece una visión amplia sobre todo esto en los 10 últimos años. Estos trabajos parecen mostrar que ese impulso no ha llegado al 300%, si no que se habría quedado entre un 10 y un 15%. Realmente la diferencia entre las dos estimaciones parece tremenda. Pero en cualquier caso no deja de mostrar que hay un efecto positivo.
Según Frankel, parece que habría 3 motivos principales por los que no se ha llegado a las cifras de crecimiento de los flujos comerciales inicialmente estimadas:
- Hay que dar tiempo para que los efectos en el comercio se hagan notar.
- Las uniones monetarias tienen efectos menores en países grandes, como son los principales de la UEM, que en los pequeños.
- En las estimaciones tan altas habría un problema de endogeniedad en la decisión de conformar una unión monetaria. Esto querría decir que las relaciones que llevaron a formar una unión monetaria serían el resultado de las relaciones previas de carácter comercial, y no a la inversa (esto es, el supuesto de que la unión monetaria llevaría una mayor relación comercial).