En los primeros temas que he empezado a explicar en la asignatura de Comercio Internacional estoy intentando incidir mucho en la idea de que el libre comercio y el proteccionismo crean casi siempre ganadores y perdedores. Martin Feldstein, en un
artículo reciente, nos da algunos claros ejemplos para el caso de EEUU. Ahora que Trump está tan beligerante en los temas comeciales, parece que EEUU va a ser una todavía mejor fuente de noticias para el blog. Aquí van los ejemplos:
Tras inicialmente amenazar con una variedad de cambios negativos en la política estadounidense dirigida a China, Trump invitó al presidente chino Xi Jinping a su propiedad vacacional en el Estado de Florida para sostener con dicho mandatario lo que ambos países coinciden fue una visita amistosa. Al fin de cuentas, los chinos acordaron comenzar a importar carne de vaca de Estados Unidos este verano, rescindiendo las políticas proteccionistas que se venían imponiendo durante varios años. China también acordó abrir su mercado a una gama de servicios financieros estadounidenses. Y, Estados Unidos acordó vender gas natural a China, algo que los chinos querían pero que Estados Unidos previamente se habían negado a hacer.
El resultado de estos cambios de política será la reducción del déficit comercial de Estados Unidos con China. Aunque esto no cambiará el déficit comercial general de Estados Unidos, sí aumentará los ingresos y ganancias reales de los productores estadounidenses de carne vacuna, servicios financieros y gas natural. Los consumidores chinos también se beneficiarán.
(...)
Estados Unidos amenaza actualmente con imponer aranceles a la madera blanda de Canadá. Si Estados Unidos impone tales aranceles, el resultado sería una reducción en el desequilibrio comercial entre Estados Unidos y Canadá. No obstante, los aranceles perjudicarían a los constructores y propietarios de viviendas estadounidenses, así como a las empresas madereras canadienses.
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