Desde el punto de vista educativo, el economista vasco y español presenta un alto nivel de cualificación, sin diferencias muy notables entre distintas universidades.
La pérdida de valores por parte de los economistas más jóvenes no responde a nada en concreto, sino que resulta un reflejo de la sociedad actual.
Se señalan como ejemplos "la falta de integridad, la escasa fidelidad a la compañía y el poco compañerismo en las organizaciones empresariales".
Curioso. Y no creo que vayamos a mejor en el cercano futuro porque la sociedad no da muchas muestras de cambio, y en nuestros nuevos planes de estudio (que todavía no se han puesto en marcha, por cierto) no hay ni una asignatura de ética empresarial o similar. O sea, o los estudiantes captan los valores éticos en casa o con sus amigos, o no hay nada que hacer.
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