Lo que escribe Dani Rodrik, profesor de la Universidad de Harvard, sobre el Fondo Monetario Internacional me resulta curioso:
En el mundo de la economía y las finanzas, las revoluciones ocurren rara vez y muchas veces sólo se las detecta a posteriori. Pero lo que sucedió el 19 de febrero tranquilamente puede llamarse el fin de una era en las finanzas globales.Durante muchísimo tiempo hemos estado escuchándole al FMI su recomendación de liberalizar los mercados de capitales, sobre todo cuando un país sufría un colapso financiero. Por esto su nueva visión es una gran novedad. ¿Revolución como indica Rodrik? Supongo que puede ayudar a sanar la imagen que el FMI se ha ganado a pulso. Hasta ahora sus recetas de política económica a los países en desarrollo con dificultades iban en la línea de liberalizar los mercados de capitales. Y en no pocas veces los resultados han sido catastróficos para una parte de la población de los países afectados. Cuando la crisis financiera llegó a EEUU no hizo esa recomendación. Y el actual gobierno de EEUU ha hecho (o quiere hacer) lo contrario, quiere regular. Yo, además de una revolución, lo considero un mea culpa, pero sin reconocerlo expresamente.
Ese día, el Fondo Monetario Internacional publicó una nota sobre políticas que revirtió su postura de larga data en materia de controles de capital. Los impuestos y otras restricciones a los ingresos de capital, escribieron los economistas del FMI, pueden ser útiles, y constituyen una "parte legítima" del juego de herramientas de los estrategas políticos.
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