Si una empresa estadounidense no puede obtener un proveedor local, debe pagar el arancel o solicitar una exención (“exclusión”). Si opta por lo segundo, debe declarar la cantidad y la fortaleza del acero que necesita, su composición química, las dimensiones del producto (por ejemplo, tubos o láminas), etc.; y tiene que presentar una solicitud por separado para cada tipo de acero, incluso si la única diferencia son las dimensiones. Además, en cada solicitud hay que demostrar que no se pudo obtener el acero de proveedores nacionales.Una vez recibida la solicitud, se publica por 30 días, para dar a productores locales la posibilidad de cuestionarla. Si no aparece ningún proveedor alternativo, se supone que el solicitante recibirá una exención, válida por un año, en un plazo de siete días desde el final del período de oposición. Pero en realidad, las exenciones se están otorgando con grandes demoras.Al principio, el gobierno de Trump previó que habría unos 4500 pedidos de exención para productos de acero. El Departamento de Comercio de los Estados Unidos contrató a 30 empleados nuevos para que revisaran las solicitudes como parte del proceso de oposición y exenciones. Pero al 1 de noviembre, se habían presentado 31 527 solicitudes y 14 492 oposiciones de productores de acero. Según QuantGov, la Oficina de Industria y Seguridad de los Estados Unidos aprobó 11 259 solicitudes, rechazó 4367, y todavía tiene que procesar más del 50% de las que recibió. Al 2 de noviembre, el precio del acero laminado en caliente en Estados Unidos registraba una subida interanual del 33,4%.
lunes, 26 de noviembre de 2018
Solicitud de exención de aranceles: un ejemplo curioso
Este artículo de Anne Krueger es muy crítico con los aranceles al acero que la Administración Trump ha impuesto desde marzo con el objetivo de aumentar el empleo de este sector en EEUU. Son del 25%. Resulta interesante ver la dinámica que describe acerca de su funcionamiento:
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