Rodney Ludema, Anna Maria Mayda y Prachi Mishra publican un trabajo sobre comercio internacional y lobby. El hacer lobby, cuando no se cae en la corrupción, me parece muy importante y, de hecho, en el blog ya hay unas cuantas entradas sobre el tema.
En el trabajo estudian la influencia de las empresas en las decisiones del Congreso de EEUU para suspender la aplicación de aranceles sobre importaciones de los bienes intermedios que utilizan en sus procesos productivos. Estudian dos tipos de presión a los políticos: uno con coste bajo (pienso, por ejemplo, en el envío de un mensaje de correo a los congresistas), y otro de coste alto (por ejemplo, contratar a una persona para que se reúna periódicamente con los congresistas, que es la habitual forma de hacer lobby).
El resultado que obtienen es que la presión de coste bajo reduce la probabilidad de conseguir el objetivo de que suspendan un arancel. Y observan también que el dinero gastado en hacer lobby influye en las decisiones políticas.
Bueno, aunque este sea el resultado, yo no dejaré de mandar mensajes cuando quiera hacer lobby. A Goliath lo mató David, y no lo digo por la violencia, sino como ejemplo de que, aún sintiéndose uno pequeño, puede lograr cosas grandes. Es cuestión de intentarlo... y tener algo más que suerte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario