viernes, 13 de agosto de 2010

Fuga de cerebros (2)

Ha llegado a la biblioteca el recién publicado volumen 5 del Handbook of Development Economics, que editan Dani Rodrik y Mark Rosenzweig. En el capítulo dedicado a los flujos migratorios, escrito por Gordon Hanson, hay una sección dedicada a la fuga de cerebros (brain drain, se suele decir en inglés). En el contexto del capítulo se plantea el gráfico de abajo.

En el gráfico se muestra en el eje horizontal la tasa de emigración para adultos (cuanto mayor es, más proporción de adultos emigran en ese país). En el eje vertical se recoge la tasa de emigración de personas con estudios universitarios (cuanto mayor es, más proporción de licenciados y doctores emigran de ese país). Así que, para los datos del año 2000, ya vemos que los países de los que más gente formada emigra son... los que se pueden leer en el gráfico.


Deprimente, porque para mí es bastante evidente que esto limita las posibilidades de mejorar en el futuro de estos países (algo comenté aquí). Y el problema se agrava cuando esos emigrantes además se han formado con ayudas públicas. ¿Pero quién les quita el derecho a esas personas a emigrar y tratar de buscar una vida mejor para ellos y sus familias? Porque es claro que los que emigran, mejoran (John Gibson y David McKenzie parece que lo demuestran). Complejo dilema. Más sobre el tema aquí.

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