Varias de sus ideas:
- Muchos países (y regiones y ciudades) ofrecen beneficos fiscales para atraer a empresas manufactureras. No parece suceder lo mismo para atraer a empresas financieras.
- Muchas personas creen que la innovación (gran impulsora del crecimiento) es mayor en el sector manufacturero que en el sector servicios o en la agricultura. ¿Deberíamos respaldar el argumento de que habría que favorecer los chips de los semiconductores por sobre las patatas fritas? Indica una anécdota al respecto:
[La respuesta negativa a esa pregunta] sumergió a Michael Boskin, presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente George H.W. Bush, en aguas políticas turbulentas. La presunción instó a un periodista a verificar la cuestión por sí mismo. Resultó ser que se estaban incorporando semiconductores en tableros de circuitos de una manera mecánica y primitiva, mientras que las patatas fritas se producían mediante un proceso altamente automatizado (motivo por el cual las patatas Pringles descansan unas sobre otras de manera perfecta).
Debido a la crisis financiera, muchos políticos han aceptado el argumento de que los servicios financieros son improductivos –y hasta contraproducentes- y que tienen que reducirse mediante una intervención gubernamental. De esto debe inferirse, entonces, que la industria debe expandirse. Pero no es así. Aún si uno quisiera recortar los servicios financieros, podría seguir concentrándose en la multitud de servicios no financieros.
Los motores y las turbinas diesel no son las únicas alternativas; existen muchos servicios, como la terapia profesional, el trabajo de enfermería y la enseñanza. El argumento para un cambio hacia la industria todavía está por demostrarse, porque no se puede probar.
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